Si siempre has querido bajar de peso o has controlado toda tu alimentación para, al menos, no engordar, es muy probable que hayas probado infinidad de dietas con más o menos resultado. Y es que en un momento social en el que la premisa es cuidarse, restringir comidas de forma excesiva no debería ser una alternativa a tener en cuenta. Quizá por eso surgiese la alimentación intuitiva. Aunque no es una corriente nueva, esta forma de alimentarse en la que se hace caso al propio cuerpo ha resurgido como la espuma gracias a muchas celebrities, quienes han confesado que comen (con moderación) lo que les apetece cuando les apetece). Pero ¿es realmente efectiva si uno busca no subir de peso? Para resolver todas las dudas sobre esta forma de hacer dieta, preguntamos a la experta Carolina Rico.
Principios de la alimentación intuitiva:
- Rechazar la mentalidad de dieta, abandonar la idea de que se necesita seguir un plan estricto para controlar el peso.
- Honrar el hambre, comer cuando el cuerpo lo necesita, sin esperar a tener hambre extrema.
- Hacer las paces con la comida, dejar de ver los alimentos como ‘buenos o malos’.
- Desafiar al ‘policía de la comida’, cuestionar creencias limitantes sobre lo que se ‘debe o no se debe’ comer.
- Sentir la saciedad, aprender a reconocer cuándo el cuerpo está satisfecho y detenerse en ese punto.
- Descubrir la satisfacción en la comida, elegir alimentos que realmente se disfruten, sin culpa.
- Gestionar las emociones sin recurrir a la comida, identificar si se está comiendo por ansiedad, estrés o aburrimiento y buscar otras formas de afrontarlo.
- Respetar el cuerpo, aceptar la propia constitución corporal sin buscar un peso ‘ideal’ impuesto por la cultura de la dieta.
- Moverse por placer, realizar actividad física por bienestar, no solo para quemar calorías.
- Honrar la salud con una nutrición amable, elegir alimentos que nutran el cuerpo sin extremismos.
