Qué comer para sacarle el máximo rendimiento a esta técnica
Este ejercicio de intervalos es similar a los que se realizan con los entrenamientos de alta intensidad (HIIT) y aunque tiene un impacto mucho más suave, debemos ayudarnos de una buena alimentación sana con la que obtener la energía suficiente para poder llevarla a cabo sin problemas. Para ello, Carolina Rico, dietista por la Universidad de Alfonso X El Sabio y especialista en bienestar, ha elaborado una dieta muy fácil de seguir:
Antes de empezar a las 6:00 de la mañana:
El objetivo según la experta es «aportar energía rápida y de fácil digestión para comenzar la actividad física con vitalidad y así evitar la fatiga durante la caminata», por lo que da dos opciones:
- Opción 1:
- 1 vaso de agua (hidrata y favorece la circulación)
- 1 plátano pequeño (aportará carbohidratos simples y potasio, fundamental para prevenir calambres).
- Opción 2:
- 1 puñado de frutos secos crudos no tostados ni procesados (almendras o nueces serían perfectos), aportan energía sostenida gracias a las grasas saludables.
- 1 vaso de bebida vegetal o leche tibia (hidrata y aporta calcio y magnesio, minerales esenciales para la contracción muscular).
Una vez hayas terminado de caminar, deberás reponerte para, como explica Rico, «reponer las reservas de glucógeno consumidas durante la actividad, favorecer la recuperación muscular y aportar saciedad hasta la siguiente comida». Para ello recomienda:
- 1 bol de yogur natural, kefir o vegetal con avena (la avena aporta carbohidratos de absorción lenta, y el yogur, proteínas que ayudan a la reparación muscular), bajo mi punto de vista el kéfir sería la mejor opción.
- Frutos rojos (ricos en antioxidantes, ideales para combatir el estrés oxidativo generado durante el ejercicio).
- 1 tostada integral con aguacate y huevo cocido o revuelto (fuente de proteínas y grasas saludables que prolongan la saciedad y estabilizan los niveles de glucosa en sangre).