Aunque las navidades hace tiempo que quedaron atrás, es normal que todavía sigas arrastrando los efectos de las comilonas y que te sientas más hinchada de lo habitual. Si es así, tranquila, porque puedes ponerle remedio y volver a conseguir que tu vientre vuelva a ser el que era. Y no hablamos solo de lo bien que se ve la ropa cuando no aprieta, sino de lo necesario que es sentirse bien, sin molestias y sin esa sensación de pesadez que a veces, te impide llevar a cabo tus tareas cotidianas y hasta incluso hace que te cueste coger el sueño. Despedirse de las bebidas con gas, hacer deporte y no abusar de las comidas copiosas son puntos fundamentales que ya conoces, pero aún hay más. Esto es todo lo que he aprendido de una experta en nutrición para librarme por fin de la hinchazón abdominal.
Por qué se te hincha el vientre
Si no sufres ningún tipo de intolerancia alimenticia ni tampoco tienes ninguna patología, déjanos decirte que no, no deberías sentirte hinchada de manera frecuente. Los motivos, tal y como lo explica la dietista Carolina Rico, «pueden ser varios y atienden a diferentes razones según cada persona, aunque por lo general, los podemos clasificar en tres causas».
- Mala alimentación:
- Alimentos gaseosos que producen más gas durante la digestión y terminan por causar ese hinchazón.
- Uso excesivo de edulcorantes artificiales como en refrescos, chicles, productos sin azúcar (sorbitol, manitol o xilitol) son mal absorbidos por el intestino y pueden causar gases e hinchazón.
- Pasarse comiendo fibra de golpe, es buenísimo tomarla, pero no que haya un aumento brusco, hay que incorporarla ascendientemente poco a poco.
- Malos hábitos de vida:
- Comer demasiado rápido hace que tragemos más aire.
- Falta de actividad física, un estilo de vida sedentario ralentiza el transito intestinal, provocando estreñimiento.
- Falta de sueño, ya que no dormir lo suficiente altera el sistema digestivo aumentando los niveles de cortisol y terminará afectando a la digestion y causar retención de liquidos y gases.
- Estrés y ansiedad; esto pueden alterar la digestión produciendo inflamación.
- Genética:
- Cambios hormonales, sobre todo durante el ciclo menstrual pueden provoca retención de líquidos y gases, por ejemplo la progesterona, puede ralentizar la digestión y causar distensión abdominal.
- Retención de agua por un desequilibrio de los niveles de sodio o también debido a los cambios hormonales que pueden provocar una excesiva retención de líquidos.
- Digestión lenta: el sistema digestivo puede tardar más tiempo en procesar los alimentos, lo que al final provoca gases y sensación de saciedad, de sentirse lleno.







